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en plena crisis de demanda en lugar de subir salarios el gobierno mete plata a bolsillo de empresarios

Fujimorismo, puerta giratoria y Ley Pulpín 2.0

En la práctica, con dinero de todos se pagará el seguro de salud de los trabajadores jóvenes que contratará Carlos Rodríguez-Pastor para que pueda seguir siendo más rico. ¿Qué les parece?

Carlos A. Bedoya

Publicado: 2017-06-22

Uno de los ministros a los que el fujimorismo nunca interpelará ni censurará, es el titular de Trabajo, Alfonso Grados Carraro, porque tanto Fuerza Popular como el gobierno de PPK están al servicio de las élites del poder económico. 

Los ministros Saavedra, Vizcarra o Thorne u otros del campo tecnocrático podían ser tumbados sin mucha resistencia para dar la idea de que el partido heredero de la dictadura se diferencia en algo del gobierno empresarialista que fue elegido en 2016.

En cambio Grados no. Él representa directamente a Carlos Rodríguez-Pastor, el hombre más rico del Perú según Forbes y líder del grupo Intercorp, con múltiples empresas y miles de decenas de trabajadores que ganan el salario mínimo: por ejemplo cajeras, vendedores y el grueso del personal de Oechsle, Plaza Vea, Cineplanet, Vivanda, Bembos, etc. La mayoría jóvenes.

Grados ha sido por años alto funcionario del banco de ese magnate. Casi que de ahí salió para ser ministro de Trabajo de PPK. Una puerta giratoria bastante grosera que lleva a un hombre de la gran empresa a ser el responsable de la reforma laboral.

Pero eso no le importa al fujimorismo. Al contrario han dado su voto en casi todas las propuestas programáticas del gobierno. Y ese “casi” solo excluye iniciativas que poco o nada tienen que ver con los intereses de los empresarios que mandan. La súper bancada naranja ha dicho sí a cosas como la ley de reconstrucción de PPK, donde lo central son las obras por impuestos en las que precisamente el sector privado con poder será el más beneficiado. Bajo la misma lógica, derogan o se oponen a iniciativas como la agenda de igualdad de género, que no le va, ni le viene a este tipo de empresarios.

Por eso Grados sabe que Úrsula Letona y los otros siete fujimoristas de la Comisión de Trabajo serán sus aliados en el “proyecto de ley que promueve la contratación formal de los jóvenes”, más conocido como Ley Pulpín 2.0, que consiste en un subsidio estatal a las empresas (sin considerar su tamaño) que contraten a jóvenes entre 18 y 29 años que nunca han estado en planilla, o han estado en ella más de seis meses.

En la práctica, con dinero de todos se pagará el seguro de salud de los trabajadores jóvenes que contratará Carlos Rodríguez-Pastor para que pueda seguir siendo más rico. ¿Qué les parece?

Esta propuesta es coherente con todas las iniciativas del ministro que se juega para no subir el salario mínimo y promueve cambios en su sector haciéndole las cosas más fáciles a su exjefe (Decretos Supremos 007, 008 y 009 del 2017 por ejemplo).

Justo cuando la crisis es de demanda, en lugar de favorecer la capacidad de compra de los trabajadores subiendo el salario, el gobierno quiere meter plata directamente al bolsillo de empresarios como Rodríguez-Pastor con el cuento de favorecer a los jóvenes.

Los pulpines que están volviendo a salir a las calles, bien harían en pasar nuevamente por las oficinas corporativas donde se cocina todo esto.


Escrito por

Carlos Bedoya

Periodista y abogado. Interesado en política, economía y sociedad @cbedoyam


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Disidencias

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