Fue el 26 de septiembre de 1945 cuando se eligió - en elecciones indirectas y de dos grados - a la primera alcaldesa peruana. Sucedió en la Municipalidad Provincial de Huancané, en la actual región de Puno, cuando por una diferencia de seis votos al interior de la Junta Municipal Transitoria (segundo grado de la elección), Dora Madueño le ganó la alcaldía a Manuel Triveño, ambos concejales de la junta, elegidos el 12 de septiembre de ese año por la Asamblea Electoral Departamental de Puno (primer grado de la elección), presidida por el fiscal Frisancho.

“…Practicado el escrutinio conforme a ley, se obtuvo el siguiente resultado: señora Dora de Bedoya [apellido de casada de Dora Madueño], ocho votos; señor Manuel Triveño, dos votos; en blanco, un voto; total, once votos…”. (Acta de la Sesión Extraordinaria de fecha 26 de septiembre de 1945)

Al igual que Dora Madueño, un conjunto de mujeres en todo el país fueron electas concejalas, inspectoras, teniente alcaldesas y alcaldesas en un proceso electoral municipal que estuvo fuera de la memoria histórica por más de setenta años. Entre ellas, además de Dora, destacan las alcaldesas: Angélica Zambrano en la provincia de Urubamba, Cusco; Alicia Cox de Larco en el distrito de Miraflores, Lima; Isabel de Castellares en la provincia de Acobamba, Huancavelica; y las tenientes alcaldesas: Eva Morales en Arequipa, Susana Diaz en Matucana y Aurora Laforé en Cañete, así como decenas de concejalas en todo el territorio nacional.

No voy a referirme al proceso de deshistorización que mantuvo este hecho al margen de la historia, pero sí vale la pena señalar que en 1945 se produjo el primer sufragio femenino en el Perú, pues el gran público solo reconoce hasta hoy el sufragio femenino de 1956, cuando las mujeres votaron para elegir presidencia y congreso. Si bien, el sufragio femenino del 56 se realizó mediante una elección directa, es decir, más amplia; el antecedente de 1945 fue también un ejercicio de sufragio femenino, el primero en el país, basado jurídicamente en el artículo 86 de la Constitución de 1933 (antes de su modificatoria de 1955) y la Ley 10233 del 4 de junio de 1945.

“Tanto en la Asamblea Electoral como en las Juntas Municipales podrán intervenir las mujeres mayores de 21 años que sepan leer y escribir y tengan la aptitud señalada en el artículo 86° de la Constitución…” (Art. 13 Ley 10233).

Esto se dio en el contexto de una primavera democrática peruana, al inicio del gobierno de José Luis Bustamante y Rivero (1945-1948) electo presidente por el Frente Democrático Nacional donde el APRA era fuerza importante. Muchas mujeres integraron las asambleas electorales departamentales para elegir al personal de las Juntas Municipales Transitorias que reemplazaron a las Juntas de Notables, escogidas a dedo por el Poder Ejecutivo desde 1919 en adelante.

Por ejemplo, en la Asamblea Electoral de Lima, presidida por el fiscal Villegas, participaron Beatriz Cisneros, directora del Colegio Nacional de mayor antigüedad de Lima, y María Luisa Oquendo, representante de la Sociedad de Empleados de Comercio. Allí se eligieron a muchas concejalas para integrar los municipios provinciales y distritales del departamento de Lima. Cisneros y Oquendo, mediante votación secreta, eligieron junto a otros asambleístas, eligieron a 692 personas para integrar las juntas transitorias. Entre decenas de mujeres, fueron elegidas la célebre feminista María Jesús Alvarado, concejala de Lima electa con 22 votos de la asamblea; Susana Solano, concejala de Lima con 21 votos; Virginia de Izaguirre, concejala de Lima con 22 votos; la propia Beatriz Cisneros, concejala de Lima con 17 votos; Carolina Liendo Rueda, concejala de San Isidro con 23 votos; Haydée Bahamonde, concejala de San José de Surco (hoy Barranco) con 25 votos; Ana Chiappe de Mariátegui, concejala de San José de Surco (hoy Barranco) con 16 votos; y Alicia Cox de Larco, concejala de Miraflores con 21 votos. Meses después Alicia Cox fue elegida teniente alcaldesa al interior de su junta transitoria, asumiendo la alcaldía tras la renuncia del alcalde, para luego ser ratificada por unanimidad como alcaldesa titular del distrito hasta marzo de 1948.

“La suerte nos ha deparado la satisfacción patriótica de ser los primeros ejecutores del precepto contenido en el art. 86 de la Constitución del Estado vigente el 9 de abril de 1933 que reconoce a la mujer el mismo derecho que al varón, para elegir y ser elegida en los organismos comunales. Debido a tan feliz circunstancia, esta Asamblea se honra contando entre sus miembros a las señoritas Beatriz Cisneros, Directora del Colegio Nacional de Mujeres “Rosa de Santa María”, y María Luisa Oquendo, Presidenta de la “Sociedad de Empleadas de Comercio”. En las personas de ambas, tributo el homenaje de mi respetuosa admiración a la mujer peruana que lucha, que piensa, que trabaja, desde la obrera que en la labor modesta y silenciosa del taller, rivaliza en el esfuerzo material con el hombre, hasta la que a veces lo supera, en la realización de los grandes y nobles ideales que constituyen los objetivos de las letras, las ciencias y las artes, y en general, de todas las manifestaciones del saber humano”. (Discurso de instalación de la asamblea electoral de Lima por parte de su presidente, el fiscal Julio Villegas, 19 de septiembre de 1945)

Me tomó ocho años reconstruir está historia haciendo un arduo trabajo de campo en la Hemeroteca Nacional, los diarios de debate del Congreso, los archivos de los municipios de Miraflores y Huancané, además de conversaciones con los parientes de Dora Madueño y Alicia Cox de Larco y el acceso a parte de sus archivos familiares. Partí de las investigaciones de varias investigadoras feministas que habían identificado a las primeras concejalas, destacando el trabajo de Diana Miloslavich “Feminismo y Sufragio 1931-1955” publicado en la revista Elecciones de la ONPE a finales del 2015.

“…Este era un cambio que impulsa la célula parlamentaria aprista y es aprobado el 4 de septiembre de 1945 [Ley 10233], el cual señalaba que las mujeres mayores de 21 años podían intervenir tanto en las asambleas electorales como en las juntas transitorias. Así, llegan como concejalas de la Municipalidad de Lima María Jesús Alvarado, Susana Solano, Virginia de Izaguirre y Beatriz Cisneros. Alvarado obtiene 22 votos en la asamblea del 6 de octubre de 1945. En Miraflores se elige a Alicia Cox de Larco y a Luisa Benavides de Porras, mientras que en San José de Surco se elige a Ana Chiappo de Mariátegui y Haydée Bahamonde. La participación de las mujeres en las asambleas es decisiva y salen elegidas, y ella en particular [María Jesús Alvarado], luego realizará un trabajo en la Municipalidad de Lima.” (MILOSLAVICH, 2015: 126)

Todos los detalles de las primeras alcaldesas peruanas pueden encontrarse en la tesis “Las Primeras Alcaldesas. Dora Madueño, Alicia Cox y el Sufragio Femenino Municipal de 1945 en el Perú” que realicé en el marco de la maestría de Género y Desarrollo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y que se encuentra disponible en el portal de cibertesis de la universidad. Dicha tesis fue adaptada en formato libro que se encuentra disponible en las librerías de Lima con el título Las Primeras Alcaldesas, las historias de Dora Madueño y Alicia Cox.

Lamentablemente, esta experiencia terminó un poco antes del golpe de Estado del general Odría en octubre de 1948. Meses antes, en marzo del 48, cuando Odría ejercía como ministro de Gobierno del propio Bustamante, y en medio de una álgida crisis política, restituyó las Juntas de Notables, nuevamente integradas solo por hombres, hasta que en las elecciones municipales de 1963 volvieron las mujeres.

Pero ¿cómo fue posible que estas mujeres accedieran a la función municipal en 1945? Esta pregunta es relevante porque en aquél entonces las mujeres tenían mínimos derechos civiles y políticos.

Tras la revisión de una buena cantidad de documentos y bibliografía de la época concluí que este momento clave para la ciudadanía de las mujeres peruanas estuvo marcado por dos elementos centrales.

El primero fue el cambio de paradigma cultural. El paradigma decimonónico del “Ángel del Hogar” dio paso al paradigma de “La Mujer Nueva” ocasionando que a lo largo de las primeras décadas del siglo XX las mujeres de Occidente fueron saliendo del espacio doméstico y entrando cada vez más al espacio público y en especial a la política. El paradigma de la mujer nueva fue desarrollado desde finales del siglo XIX por la revolucionaria rusa Alexandra Kollontái, pero quien lo difundió ampliamente en el Perú fue la lideresa aprista Magda Portal.

“Esta es la mujer nueva: la autodisciplina en vez de un sentimentalismo exagerado; la apreciación de la libertad y la independencia en vez de la sumisión y de la falta de personalidad, la afirmación de su individualidad y no los esfuerzos estúpidos por compenetrarse con el hombre amado; la afirmación del derecho a gozar de los placeres terrenales y no la máscara hipócrita de la “pureza”, y, finalmente, la subordinación de las aventuras de amor a un lugar secundario en la vida. Ante nosotros tenemos, no una hembra, ni una sombra del hombre, sino una “mujer-individualidad”. (PORTAL, 1933: 50)

Precisamente, el segundo elemento es que la mayoría de las mujeres protagonistas de este hecho histórico en el Perú pertenecían al partido aprista, es decir, tenía formación política que dio forma a una gran agencia colectiva.

“…Nuestra querida Patria, ha comenzado a vivir una nueva vida, como consecuencia de la rotunda afirmación democrática expresada por el pueblo peruano en los comicios del 10 de junio último. Vivimos ahora una era de democracia i todos queremos el imperio de la justicia social. Las Juntas Municipales Transitorias no son sino un trasunto de ese clima democrático (…) Bien sabéis vosotros que la mujer tiene ya una función social que cumplir. No podía estar eternamente asida al brazo protector del varón, en actitud de perenne renunciamiento. Debía incorporarse al carro de la nación, como unidad activa...” (Discurso de toma de mando de la alcaldesa Dora Madueño, 26 de septiembre de 1945)

Han pasado 80 años desde que Dora pronunció este discurso con el que las mujeres entraron a la función pública por primera vez, pero hoy estamos en medio de una paradoja al respecto, precisamente porque el Perú tiene ahora a su primera presidenta encabezando una de las mayores ruinas morales y debacles de la representación política de nuestra historia. Entonces, no basta ser mujer para garantizar una política de defensa de derechos de la ciudadanía y la adecuada conducción del país, hay que tener, sean mujeres o hombres, consciencia de las desigualdades de género, económicas, etc. y una voluntad férrea de transformación social como las que tuvieron las primeras alcaldesas.

Fuentes bibliográficas

Archivo Central de la Municipalidad Provincial de Huancané. Acta Extraordinaria del 26 de septiembre de 1945 de la Junta Municipal Transitoria de Huancané.

BEDOYA, Carlos

2024 Las Primeras Alcaldesas. Dora Madueño, Alicia Cox y el Sufragio Femenino Municipal de 1945 en el Perú. Tesis de maestría. Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Facultad de Ciencias Sociales. Maestría de Género y Desarrollo. Disponible en: https://cybertesis.unmsm.edu.pe/item/636a76ba-ba63-448c-ab2d-98fc8750985b

BEDOYA, Carlos

2024 Las Primeras Alcaldesas. Las historias de Dora Madueño y Alicia Cox. Lima: Fondo Editorial de la UNMSM

Documento original escrito a máquina del discurso de toma de mando pronunciado por Dora Madueño el 26 de septiembre de 1945 al asumir la alcaldía de Huancané

Hemeroteca Nacional de la Biblioteca Nacional del Perú. Edición del 20 de octubre de 1945 del diario La Tribuna

MILOSLAVICH, Diana

2015 “Feminismo y sufragio 1931-1955”. En Elecciones. Año 14, N° 15. Enero-diciembre del 2015. Pp. 109-143. Lima: ONPE

PORTAL, Magda

1933 El Aprismo y la Mujer. Lima: Atahualpa