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Lo más fácil es echarle culpa de los conflictos sociales a la ultrada, negando reivindicaciones populares.

Huelga de maestros y tecnocracia incompetente

La renuncia – con sabor a despido – hace unos días del viceministro de gestión institucional del Minedu, Jack Zilberman, desnuda las carencias del Ejecutivo en esta coyuntura. Ni bien pisó el Cusco, este funcionario que jamás en su vida lidió con nada sindical, se asustó y volvió a Lima cancelando su diálogo con los huelguistas, dejando desnuda la falta de política en el gobierno.

Carlos A.Bedoya

Publicado: 2017-07-13

Lo más fácil es echarle la culpa de los conflictos sociales a la ultrada, negando reivindicaciones populares de distinto tipo. Esa ha sido la práctica constante de sucesivos gobiernos y de la prensa de derecha en lo que podemos llamar una especie de teoría general de la protesta en el Perú. Y aunque es verdad que siempre que empieza a escalar un conflicto, sectores ultras se suman (es lo que saben hacer), explicar todo a partir de este punto es un error que ha conducido tantas veces a una dura represión con captura de dirigentes. Y en el extremo, muertos y heridos que finalmente hacen ceder al gobierno en un cuadro de crisis que encima mantiene latente el conflicto. Bagua, Espinar, Tía María, Conga y un largo etc. dan cuenta de este ineficaz modelo de gestión. 

Ahora es el caso de la huelga magisterial que comenzó hace un mes en Cusco y que podría expandirse a otras regiones del sur. Lo grave es que el gobierno de PPK no tiene operadores ni visión política para encarar este problema, que se suma a un deterioro económico general, crisis política en las alturas y varios descontentos originados en el incumplimiento de las promesas de campaña.

La renuncia – con sabor a despido – hace unos días del viceministro de gestión institucional del Minedu, Jack Zilberman, desnuda las carencias del Ejecutivo en esta coyuntura. Ni bien pisó el Cusco, este funcionario que jamás en su vida lidió con nada sindical, se asustó y volvió a Lima cancelando su diálogo con los huelguistas, dejando desnuda la falta de política en el gobierno. Lo del viceministro caracteriza muy bien la gestión del premier Zavala: una sarta de pitucos que no entienden al país y hasta lo desprecian. Mezcla de incompetencia tecnocrática con actitud colonial.

De fondo, un reclamo salarial del profesorado que no recibe un real aumento desde inicios de siglo, porque eso de que el censurado ministro Saavedra subió el sueldo al magisterio es una farsa camuflada en escalas salariales donde el grueso de los maestros se mantiene con alrededor de S/. 1300 soles mensuales. No por gusto el propio PPK se comprometió cuando candidato a incrementar gradualmente salarios y pensiones partiendo de una base salarial de S/. 2000. Ahí está su firma en el acta con el Sutep.

Peor aún, en lo que supuestamente el gobierno era bueno: la gestión de la economía; está dando vergüenza. Thorne nos metió más rápido en la crisis económica, al tiempo que en los directorios de los bancos más importantes ya se habla abiertamente de que se equivocaron con PPK. La inversión privada y pública está parada, y en lugar de aumentar el consumo vía salarios y pensiones para aliviar la alicaída demanda, sigue vigente la represión salarial de toda la vida.

La izquierda tiene la oportunidad de conducir un movimiento nacional que reclama más y mejor economía y con ello plantear una real oposición, más allá de las fintas de Keiko Fujimori que en buena cuenta piensa igual que PPK.


Escrito por

Carlos Bedoya

Periodista y abogado. Interesado en política, economía y sociedad @cbedoyam


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Disidencias

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